jueves, 18 de julio de 2013

Capítulo 30.

- Harry, tienes que calmarte. – dijo Liam esta vez. Había escuchado esa frase demasiadas veces durante toda la tarde.
- ¿Calmarme? ¡¿Cómo se supone que voy a poder calmarme?! ¡Liam, mi novia ha desaparecido así como así! Que me calme, en estos instantes, no es algo que me está permitido.
- Harry…- ahora era Louis.

Yo ya no sabía qué hacer. La última vez que había visto a Kelly fue a lo lejos y entre decenas de fans. En aquel momento todo parecía ir bien, me sonrió, le sonreí y solo era capaz de pensar en las ganas que tenía de abrazarla y besar esos labios que tanto había extrañado.

Y luego desapareció. No había rastro de ella. La llamé al móvil tantas veces que era imposible no perderme en la cuenta. También le mandé mensajes y no me respondió a ninguno. Los chicos habían intentado llamarla, pero no obtuvieron respuesta alguna. Además, hace una o dos horas que su móvil había dejado de estar en funcionamiento. Todo el rato salía la voz del robot avisando que estaba apagado o fuera de cobertura. Y eso era todavía peor. Prefería que no me cogiera el teléfono a saber que lo tenía apagado, por lo menos si lo tenía encendido sabría que  intentaba ponerme en contacto con ella.

Fui hasta la cama y me senté en el borde de ésta, pasando las manos por mi pelo y dejando los codos sobre mis rodillas, haciendo que mis brazos soportaran el peso de mi cabeza. Casi ni podía mantenerme en pie a mí mismo. Sentí la cama hundirse a mi lado y luego una mano se apoyó sobre mi hombro.

- La estamos buscando Harry, todos lo estamos haciendo.  La encontraremos. – afirmó.
- ¿Cómo estás tan seguro? ¡Ni siquiera sé porqué se ha ido o…! No sé qué ha pasado. Todo iba bien, cuando la vi allí de pie su sonrisa era sincera. Estaba tan guapa…- tomé aire. – Cuando hablamos por teléfono todo parecía ser normal, como siempre. O incluso mejor. Iba a verla después de tanto tiempo y ahora…simplemente se ha ido. Sin ninguna explicación. Por lo menos podría haberme dicho algo, pero ni eso Louis, ni eso. ¿Es qué no significaba nada para ella? ¿O es qué ha estado fingiendo y mintiéndome todo este tiempo? Todas las personas con las que he estado desde que empezamos con la banda me han utilizado. Yo simplemente pensaba que ella era diferente…Pensaba que era la indicada, ¿sabes? Y ahora…Louis, no sé qué pensar ahora.
- Harry, Kelly jamás te utilizaría. Ella no es así.
- ¿Y cómo lo sabes? Si me ha engañado a mí, también lo puedo haber hecho con todos vosotros, es más, lo hizo.
- Haz, te estás equivocando en todo esto. – suspiré y agarré con fuerza mis rizos entre las manos.
- ¿A caso se te ocurre otra explicación? – Louis se quedó callado. – Eso pensaba.
- Acabo de llamar a Sarah. – Niall entró en la habitación aún con el móvil en la mano. – No sabe nada de Kelly, no se ha puesto en contacto con ella aún, pero me dijo que intentará localizarla y cuando sepa algo nos llamará.
- Si Sarah no sabe nada…- empezó a decir Zayn y todos nos giramos para mirarlo. – Siento decirlo, pero si Sarah no sabe nada, y dado que es la mejor amiga de Kelly, esto es grave. Pasara lo que pasara.
- Y la gran cuestión es exactamente esa. – Liam dejó caer los hombros, agotado. - ¿Qué es lo que pasó?




K

Habían pasado ya dos días desde que volví a casa. Mi madre había intentado hablar conmigo, pero no solté palabra alguna. Intentaba pasar el mayor tiempo posible fuera de casa para no tener que soportar su mirada, sabía que estaba buscando una nueva oportunidad para tener una tarde de confesiones. Pero eso no iba a pasar si podía evitarlo.

Por la mañana me despertaba temprano para ir a correr media hora y volvía justo a tiempo para darme una ducha rápida, vestirme e ir al instituto, donde sentía las miradas constantemente sobre mi nuca, algo que me ponía realmente de los nervios. También intentaba escapar de Sarah, dándome prisa para no tener que volver a casa con ella. Mi móvil no se había vuelto a encender desde que me fui.

Tenía miedo. Tenía miedo de encenderlo y ver las miles de llamadas que tendría de él, y los mensajes…Me era simplemente insoportable tener alguna información de él o de los chicos. Por eso procuraba comer sola, porque sino mamá encendería la tele y estaba segura de que cuando lo hiciera ellos iban a salir en plena pantalla. Cuando entraba a alguna tienda y de repente comenzaba a sonar alguna de sus canciones tenía que salir inmediatamente, porque las ganas insaciables de llorar invadían mi cuerpo, abrumándome de manera dolorosa.

Solo quería olvidar, omitir todo lo que había descubierto. Era prácticamente imposible, pero por lo menos hacía el gran esfuerzo de intentarlo.

- ¿Sabes? No puedes pasarte la vida aquí encerrada, evadiéndote de todo el mundo. No es bueno para ti. – me sobresalté cuando vi a Sarah apoyada en el marco de la puerta de mi habitación. Yo estaba hecha un ovillo con mi propio cuerpo sobre la cama, abrazando un viejo peluche, como hacía cada tarde. Pero rompí mi posición para sentarme en la cama.
- ¿Qué haces aquí?
- Tu madre me ha llamado. Está preocupada. – hizo una pausa mientras se sentaba a mi lado. – Yo también lo estoy.
- No tenéis porqué. – dejé que mi cuerpo cayera de nuevo contra la almohada. Sarah se sacó los zapatos y cruzó las piernas sobre la cama.
- ¿Estás de broma? Llevas evitándome desde que volviste. Jamás hemos estado tanto tiempo separadas.
- Necesitaba estar sola, solo es eso.
- Oh, claro. Solo es eso, ¿no? – levanté los hombros aún tumbada y los volví a dejar caer. – Kelly, por favor, habla conmigo.
- ¿De qué quieres hablar, Sarah? – dije, algo irritada.
- Puedes empezar por contarme porque cogiste un avión sin avisar a nadie, largándote de Los Ángeles.
- No me gustaba la ciudad.
- ¡Ya, seguro!

Me cansé, estaba harta de guardarme todo para mí misma. Necesitaba soltarlo, y Sarah siempre me había apoyado en todo. Me incorporé en la cama, poniéndome en la misma posición que Sarah y cogí el portátil del escritorio. Busqué la página online de la revista y la registré para dar con el mismo artículo que yo había leído. Cuando lo encontré giré el ordenador bruscamente hacia Sarah.

- Lee.

Echó un vistazo a la pantalla y luego a mí antes de comenzar a leer. Sus ojos se iban abriendo a medida que avanzaba, haciéndome saber que no podía creerse aquello. Cuando acabó, bajó la tapa del portátil.

- Me encontré una revista en un kiosco con ese artículo, cuando estaba a metros de Harry. Simplemente me largué de allí. – la mirada de Sarah se llenó de compasión.
- Oh, Kelly…No lo sabía.
- Yo tampoco sabía que me engallaba. – sentí el nudo crecer en mi garganta. – N-no sabía qué hacer…Pero no podía verle a la cara después de aquello, ¿cómo hacerlo? Y lo peor es que no consigo olvidarme, es más, me lo imagino con ella y…Es como…como si me apretaran el corazón con el puño, haciendo que me quede sin aire…y…Sarah, yo solo quiero que salga de mi cabeza.

No aguanté más las lágrimas, porque no tenía fuerzas para ello. Sarah me envolvió entre sus brazos, acariciándome el pelo muy despacio. Me agarré a ella, como si fuera lo único en la Tierra que podía mantenerme a flote en el mar negro que inundaba mi mente.



H

- ¡Harry, levántate, date una ducha y vístete! – gruñí contra la almohada. – Tenemos una entrevista en media hora, ¡vamos!
- ¡Lárgate Louis!
- Sarah, Sarah. Espera, ¿qué? ¡No! – Niall entró a la habitación, hablando por teléfono. – Lo juro, es imposible. No, Sarah. ¡Pues están equivocados! No sería capaz de hacer algo así, lo sabes. Lo conozco y sé que no es cierto. La quiere, claro que la quiere. Está bien, hablaré con él. Te llamo más tarde, te quiero. – y colgó.
- ¿De qué iba todo eso? – preguntó Louis.
- Era Sarah, ha hablado con Kelly.

Escuchar su nombre fue como si me hubieran dado una patada en el estómago, se sentía tan mal. Quise preguntar qué era lo que Sarah le había dicho, que me dijera como estaba Kelly. Pero dejé que mi orgullo se enfrentara a mi yo sensible antes de que me derrumbara por completo.

- ¿Y qué ha pasado? ¿Le ha dicho por qué se fue? – Quise darle las gracias a Louis por preguntar por mí, pero me mantuve callado, con mi mejilla contra la almohada.
- Kelly leyó un artículo donde decían que Harry y Caroline habían vuelto. – salté de la cama y me acerqué a Niall.
- ¿Qué? – hablaba tragándome los gritos.
- Había fotos tuyas saliendo de su hotel. – continuó.
- ¡Pero no es lo que parece! Oh, joder. ¡Mierda! – pasé las manos desesperadamente por mi pelo. Esto no podía estar pasando.
- Harry, ¿has vuelto a ver a esa mujer? – Louis se acercó e intentó cogerme del brazo, pero me solté.
- Tengo que largarme de aquí. Debo volver a Londres y hablar con Kelly.
- ¡¿Estás loco?! No te vas a ir a ningún sitio, aún no hemos acabado las cosas aquí, Harry.
- ¡Me da igual! – chillé.

Empecé a meter mi ropa en la maleta. Me puse unos vaqueros una camiseta blanca y una chaqueta marrón por encima. Me calcé entre las palabras nerviosas y paranoicas de Louis y Niall. Cogí el pasaporte, la cartera y el móvil, repartiendo todo por los bolsillos del pantalón y la chaqueta. Tiré del asa de la maleta, dejándola de pie en el suelo.

- ¡Harry Edward Styles, para y escúchame! – me giré, apretando los tientes.
- No, Louis. No me voy a parar a escucharte cuando sé que la persona a la que amo está en su casa pensando que la he engañado, pensando que no la quiero. Está sufriendo por mi culpa, ¡ha sufrido por mi culpa! Lo siento Louis, pero me voy a por ella.
- Harry, esto no es la mejor solución… - empezó Niall.
- ¿Y cuál lo es? ¿Quedarme aquí sabiendo lo mal que lo estará pasando por culpa de una estúpida confusión? No, me plantaré allí y haré que me escuche. No voy a dejarla ir, y menos por algo así. Porque si me lo impedís  jamás os lo perdonaré, y tampoco me lo perdonaré a mí mismo.


Y dicho eso salí de la habitación decidido a coger ese avión que me llevaría hasta Kelly.








Si, vale es muy, pero que muy corto comparado con el anterior que subí. Pero mirarlo por el lado bueno, cuanto más corto, más dura la novela. Porque tiene los días contados. 

Intentaré que el próximo sea un poco más larguillo, con partes que os gusten de verdad. 

¡Gracias por comentar y leer! Os quiero <3. 

Recordar votar para saber cuantas personas leen.